Creo que a menudo se olvida lo importante que es.. la educación que un niño recibe de la familia y que es imposible de obtener
en otro sitio. La mayoría de los padres tal vez pasan por alto el hecho
de que la etapa más importante en la formación del carácter de un niño ocurre en los primeros seis años de su vida. De hecho, se cree que el desarrollo emocional del niño comienza en la etapa de concepción del propio feto.
Se cree que el estado físico y mental de los padres en el momento de la concepción tiene
un efecto fundamental en la formación de la personalidad del niño. Y,
de hecho, a partir de la concepción los estados de ánimo de la madre
durante el embarazo, los deseos y el temperamento tienen un fuerte
efecto en el futuro desarrollo mental del niño. El bebé percibe lo que
está sintiendo su madre porque en ese momento forman una unidad, y ese
vínculo se mantiene aun después del parto. Luego durante las primeras horas de vida la
percepción del bebé se amplia a todas las personas que se hallen en el
entorno, por lo tanto es de vital importancia que se lo reciba en un
ambiente armónico, rodeado de amor y seguridad.
Teniendo en cuenta estos conceptos... vemos que el mejor aprendizaje
que legamos a nuestros hijos depende fundamentalmente de la calidad del
vínculo que podamos generar desde el momento mismo de la concepción.
Ninguna institución de educación podrá mejorar el legado de los padres,
pues la formación de su carácter depende de nuestros sentimientos a la
hora de traerlo al mundo. Esto nos lleva a cuestionarnos sobre la paternidad responsable y sobre qué tipo de legado estamos pasando a la siguiente generación.
Fragmento de públicación en crece bebe